La historia de las estaciones de servicio en Argentina es un reflejo del desarrollo económico y social del país. Desde los primeros surtidores manuales a principios del siglo XX, que despachaban combustible en latas, hasta las modernas estaciones multifuncionales de hoy, la evolución ha sido monumental. En sus inicios, la distribución de combustible era una tarea rudimentaria, a menudo realizada por almacenes de ramos generales. La fundación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) en 1922 marcó un antes y un después, estableciendo una red nacional que no solo garantizaba el suministro, sino que también se convertía en un símbolo de soberanía energética y progreso nacional.
Con el auge del automovilismo en las décadas de 1950 y 1960, las estaciones de servicio se transformaron en puntos de encuentro social y paradas obligatorias en las rutas argentinas. Se convirtieron en íconos arquitectónicos, con diseños que reflejaban el optimismo de la época. La llegada de empresas internacionales diversificó el mercado, introduciendo nuevos estándares de servicio y competencia. Hoy, el sector enfrenta nuevos desafíos, como la transición hacia energías más limpias, la digitalización de los servicios y la adaptación a las nuevas necesidades de los consumidores, escribiendo así un nuevo capítulo en esta fascinante historia.